Estudio: Lengua y Cultura, dirección: Estudios de Latina América (antropología)
¡Queridos lectores! Me llamo Dorien y soy una practicante de Holanda. Desde el 8 de febrero de 2010 acompaño Nora en la Fundación. Después de la llegada de Marianne la semana pasada (ella es holandesa también), ¡nosotros formamos un enclave holandés en Fundación CICLO y Ramos Mejía!
Como una practicante de CICLO conviene, yo ayudo con la difusión de la cultura Latina América. Sin embargo, esto no voy a conseguir sin inmergirme en la cultura argentina y Ramos Mejía. Por esto me gustaría decirles algo sobre mis primeras experiencias de acá y mi intento para vivir como una residente argentina verdadera.

Después de un viaje un poco histérico (tuvimos que interrumpir el viaje en Recife, Brasil, porque estaba un loco al bordo) y mucho tiempo después (veinte horas), finalmente llegué a la metrópoli Buenos Aires. Desgraciadamente todavía no llegué a casa… Tuve que buscar un taxi y finalmente después de esperar otra vez, un remís me acompañé a mi casa.
El remís circuló por las calles tranquilas y oscuras y no había mucha gente… ¡¿Qué suerte me reservará Ramos Mejía?! Después de una carrera de media hora, ¡finalmente llegué a casa! La anfitriona, se llama Virginia, me dio una cordial bienvenida y sirvió un platito con ravioles. ¡Que emocionante fue todo! Me conocí a mi familia anfitriona, mi casa donde yo voy a vivir el próximo medio año y a… ¡todo!
Ahora, dos meses más tarde, me siento como una argentina verdadera. Las primeras semanas tuve que acostumbrarme a todo y a veces me pregunté si todo iba a salir bien… Tuve que acostumbrarme a las cosas más fáciles como tomar el colectivo (iniciados dicen ´bondi´), atravesar la calle, preparar el desayuno, la comida (¡a los Argentinos les encantan dulces muchísimo!) y a toda la manera de vivir.

Durante mi estancia en Ramos Mejía descubrí que yo aprendo más sobre la vida Argentina porque vivo junta con una familia anfitriona. Virginia me sirvió un desayuno típico de Argentina (galletitas, dulce de leche y te de boldo), ella mostró el barrio de Ramos Mejía y durante sus cumpleaños ella preparó un banquete de gala (¡cuatro kilos de carne!), miramos juntos un partido de fútbol (argentinos son fanáticos) y Norman, otro miembro del hogar, me aprendió cómo cocinar empanadas. En conjunto, para hacer las ocupaciones diarios aprendo poco a poco sobre la cultura, las costumbres, las curiosidades y la gente de Argentina y (para mi muy importante) yo mejoro mi castellano día por día. ¡Es una experiencia maravillosa!
Lo que me gusta de los argentinos es que a ellos nunca les falta una palabra y están muy interesados. Soy una chica rubia y tengo ojos azules, por ahí un poco extraña y exótica. En las tiendas la gente frecuentemente me pregunta de dónde soy y está sorprendida cuando dice que vivo acá en Ramos Mejía también. Acá en Ramos hay pocas turistas y por esto saltamos a la vista y sobre todo al oído cuando Nora, Marianne y yo nos paseamos por las calles.

A veces, antes de trabajar (trabajo desde las cuatro hasta las diez) voy descubriendo nuestro barrio y contra todas las expectaciones, ¡Ramos Mejía tiene muchísimo para ofrecer! Hay muchos bares, restaurantes, boliches, tiendas de ropas y confiterías para pasar el día. Noortje y yo hasta descubrimos una feria americana (dónde se vende ropa de segunda mano) y nos divertimos mucho.
¡Como se puede leer nosotros nos divertimos re bien! El barrio vibrante, mis compañeras del trabajo y mi familia anfitriona aseguran que yo paso un tiempo maravilloso acá.
Saludos Dorien, practicante holandesa.
1 comentario:
Buenísimo que realicen actividades en Ramos Mejía. El oeste también existe:
http://desdelmirador.com.ar
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