Por: Julie Pacotte
La edición 34 de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se inauguró el 24 de abril y siguió hasta el 12 de mayo, bajo el lema “El espacio del lector” y contando con la participación de unos 1600 expositores. Se considera como la feria “más importante de Latinoamérica, un escalón por encima que las de Guadalajara y Bogotá”.
Cuando llegué a la Feria, nada me sorprendió especialmente ya que se parece mucho a ninguna otra feria que tiene lugar en una gran ciudad. La decoración y todos los colores eran muy lindos, un placer para los ojos. Lo que más atrajo mi atención cuando entré en el pabellón amarillo (es así, la feria estaba dividida entre varios pabellones de colores diferentes) fue la presencia de muchos países: Méjico, Paraguay, Estados Unidos, Brasil…. En este sentido me pareció ser más una feria del turismo que una feria del libro. Además, con respecto a las casetas de países hay cosas que no “entendí”, como la presencia de una especie de cohete espacial para EE UU o la promoción del turismo en Patagonia para Brasil. Asimismo había casetas de organizaciones mundiales como Las Naciones Unidas o organizaciones para la protección del medioambiente, en estos casos me imagino que su presencia en la Feria era más para promover su organización e incitar a la gente a dar dinero en concepto de donación, en cambio de un libro, que para promover la lectura en si misma. Para mi la presencia de tales organizaciones es importante para recordarse que la lectura no representa solo un ocio sino también un medio para aprender y estar al tanto de lo que ocurre en el mundo.
La principal atracción de esta feria era obviamente encontrar libros que no se pueden comprar en otro lugar o comprarlos más baratos; tal vez había muchos libros que no se encuentran en librerías…sea lo que sea la Feria del Libro permanece un evento importante, lindo para pasear de manera lúdica.
La edición 34 de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se inauguró el 24 de abril y siguió hasta el 12 de mayo, bajo el lema “El espacio del lector” y contando con la participación de unos 1600 expositores. Se considera como la feria “más importante de Latinoamérica, un escalón por encima que las de Guadalajara y Bogotá”.
Cuando llegué a la Feria, nada me sorprendió especialmente ya que se parece mucho a ninguna otra feria que tiene lugar en una gran ciudad. La decoración y todos los colores eran muy lindos, un placer para los ojos. Lo que más atrajo mi atención cuando entré en el pabellón amarillo (es así, la feria estaba dividida entre varios pabellones de colores diferentes) fue la presencia de muchos países: Méjico, Paraguay, Estados Unidos, Brasil…. En este sentido me pareció ser más una feria del turismo que una feria del libro. Además, con respecto a las casetas de países hay cosas que no “entendí”, como la presencia de una especie de cohete espacial para EE UU o la promoción del turismo en Patagonia para Brasil. Asimismo había casetas de organizaciones mundiales como Las Naciones Unidas o organizaciones para la protección del medioambiente, en estos casos me imagino que su presencia en la Feria era más para promover su organización e incitar a la gente a dar dinero en concepto de donación, en cambio de un libro, que para promover la lectura en si misma. Para mi la presencia de tales organizaciones es importante para recordarse que la lectura no representa solo un ocio sino también un medio para aprender y estar al tanto de lo que ocurre en el mundo.
La principal atracción de esta feria era obviamente encontrar libros que no se pueden comprar en otro lugar o comprarlos más baratos; tal vez había muchos libros que no se encuentran en librerías…sea lo que sea la Feria del Libro permanece un evento importante, lindo para pasear de manera lúdica.
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