El día de mi partida, sólo unas horas antes de tomar mi vuelo a Buenos Aires, recibí un e-mail de Noortje. Ella me preguntó si por favor trajera ‘drop’ (regaliz, que es un tipo de caramelo color negro hecho del jugo de una cierta planta) y ‘stroopwafels’ (una cierta oblea de arrope) porque ella estaba organizando una tarde holandesa en Fundación CICLO.

Noortje, Dorien y yo, las tres practicantes holandesas empezamos con las preparaciones de ‘La Tarde Holandesa’ durante mi primera semana en Fundación CICLO. Formamos un equipo con dos argentinas muy talentosas, Augustina y Eugenia, ambas licenciadas en organización de eventos. Su conocimiento específico sobre cómo organizar un evento fue muy útil para nosotras. Sabían qué cosas se tenía que hacer antes de la fecha final y no olvidaron ni un detalle. Al principio fue un poquito difícil colaborar, porque somos de diferentes países y somos acostumbradas a diferentes maneras de cooperación. De todas formas, cuando llegó el día del evento, ¡nuestra cooperación resultó ser muy exitosa!
Una de las cosas que más me gustó durante las preparaciones fue visitar a la embajada holandesa en Puerto Madero. Mi colega Dorien y yo fuimos allá durante un martes soleado para ir a buscar libros y material sobre Holanda. Para mí fue una experiencia especial visitar la embajada de mi país en Buenos Aires e interesante tener contacto con la gente que trabaja en el departamento cultural de la embajada. En el evento usamos el material para decorar los espacios y el jardín y a los doce ganadores del concurso regalamos diferentes libros.
Cuando finalmente llegó el día del evento, estaba impresionada por la cantidad del trabajo hecho por mis colegas. El edificio entero de Fundación CICLO estaba decorada en los colores de la bandera holandesa: rojo, blanco y azul. Habían globos, flores y recuerdos de Holanda y teníamos un equipo perfectamente funcionando para la música y el video. A las seis los primeros invitados llegaron y después de una hora el jardín estaba casi lleno. ¡Estaba sorprendida por la cantidad de gente! Vinieron amigos y familia de colegas, estudiantes y ex estudiantes de Fundación CICLO y también el “hombre de mi kiosco” y mi “madre” Perla y su amigos.
Cuando empezamos con el video sobre Holanda y vi tanta gente juntada en el jardín de repente me sentí muy afortunada. Me sentía feliz que tenía la oportunidad de venir a Argentina y no sólo aprender sobre la cultura Argentina pero también contar gente en Argentina sobre mi cultura y Holanda. Una vez terminada la presentación, a la cual yo y Dorien también contribuimos durante las preparaciones, empezamos con un pequeño concurso con preguntas sobre Holanda. Los visitantes tenía que jugar en equipos, y los equipos ganadores se llevaron unos lindos libros sobre Holanda a casa. Estaba sorprendida sobre el hecho de que los visitantes tomaron el juego tanto en serio. Durante el juego había mucha competición y parecía que muchos visitantes estaban jugando a la lotería en vez de jugar para unos libros sobre Holanda.

Al final, los visitantes podían probar unas delicias holandesas hechas por Dorien. Eran panqueques con panceta o queso con azúcar y torta de manzana. Todo el mundo estaba muy entusiasta y gozaban de la comida y bebida. Les gustaba también mucho los tulipanes hechos a mano por yo y Dorien, no teníamos bastantes para todos. Al final del evento, muchos visitantes nos agradecieron para una noche maravillosa y nos desearon mucha suerte durante los meses de práctica que nos restan. ¡Me parece que todos lo pasaron muy bien!
Cuando pensé en La Tarde Holandesa unas días después, todavía me sentía feliz. ¡Nunca me olvidaré de la amabilidad y el entusiasmo de los visitantes! Estoy aliviada que el evento resultó un éxito, y fue una experiencia fantástica trabajar en un equipo con diferentes culturas.

Marianne Kraai, Dutch intern
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